
El Coworking revolucionó el mundo profesional y lo hizo adaptándose a las nuevas tecnologías y a las nuevas exigencias de un mapa laboral en crisis, se sigue reinventando.
¿Qué es el Coworking?
Con mayor frecuencia, vemos cómo las empresas externalizan muchos de sus departamentos y contratan a freelancers o a microempresas para hacer lo que antes se hacía dentro de las organizaciones.
Ante este panorama y ya desde hace algún tiempo empezaron a brotar espacios para todos estos trabajadores autónomos
Y aquí es donde entra en escena el Coworking.
Por hacerlo fácil diremos que consiste en que profesionales independientes, emprendedores y PYMES comparten un espacio de trabajo con otras personas que, por lo general, realizan una actividad profesional diferente a la suya.
¿Cuál es el atractivo principal de un coworking?
Pues, evidentemente, los costos y es que un coworking implica trabajar en unas condiciones económicas más rentables que tener que costear un espacio de trabajo propio e individual.
Un espacio de coworking permite reducir costos desarrollando cada uno su trabajo, pero incluso dejando una puerta abierta a proyectos conjuntos con otros “compañeros” de “cotrabajo”.
Por lo general, en cada uno de estos espacios de trabajo colaborativo existen uno o varios gestores que se encargan de ver y activar posibles relaciones entre los coworkers.
Esto es lo que distingue a un espacio coworking de una oficina tradicional y es que el cotrabajo cubre una necesidad de mercado que hasta hace pocos años no existía y que ahora tiene una demanda creciente.
Las ventajas de un coworking

1.- Ahorro de costos
Como ya te he comentado esta es la ventaja más evidente de un coworking.
Y es que en este tipo de espacios de trabajo podemos disponer de una serie de medios que quizás de otra forma no estén a nuestro alcance.
Dos de los ejemplos más claros son los equipos de proyección o disponer de salas de reuniones con clientes que refuercen nuestra imagen profesional.
2.- Interacción con otros profesionales
Partimos de que en estos espacios se juntan profesionales de distintos ramos y de muy diversos sectores y esta “multivariedad” es una granja de posibilidades laborales que, de otro modo, no tendríamos.
3.- Vida social
Si no saben de ti no existes, este principio aplicable a aquellos que no se mueven en Social Media es perfectamente aplicable en este caso.
En muchos casos trabajar como freelance desde casa de una forma más o menos individual es tan posible como respetable, pero no es menos cierto, que trabajar en “contacto” con otros profesionales refuerza nuestra vida social y, finalmente, revierte beneficios para nuestra salud.
4.- Numero de contactos
Queda claro que esta ventaja no tiene el mismo alcance para todos los perfiles profesionales, es evidente que dependiendo del sector de actividad en el que se esté.
Pero, en cualquier caso, el abanico de contactos que se mueven en estos espacios y la pluralidad de estos es un plus que no podemos desaprovechar.
5.- Información actualizada de temas diversos
En esa colmena de trabajadores que son los coworkings cada profesional aporta además de su conocimiento una serie de datos que pueden ser de interés para el resto de cotrabajadores.
Información es poder y si lo piensas un momento, verás que un coworking es un verdadero centro de información pasada y presente.
6.- Negocios y clientes compartidos
En ellos tendremos más o menos oportunidades para establecer negocios y clientes comunes entre los coworkers.
Puede que el compañero que tienes en la mesa de al lado necesite de los servicios de un profesional con “casualmente” tu experiencia y conocimientos.
7.- Jornada laboral definida por uno mismo
Aquí no hay un horario por cumplir ni una obligación diaria o semanal, tú decides cuando entras y cuando sales.
No se impone que trabajes 8 horas o 12, como si se tratara de tu propia oficina tú eres quien marca tu jornada laboral diaria.
8.- Contratación de instalaciones de forma totalmente personalizada
Cada uno decide el número de horas, de días o de semanas que quiere hacer uso de las instalaciones y, siempre que estén disponibles y no hayan sido ocupadas por otros profesionales, pues las tendremos listas para alquilar y mantener una reunión con clientes o para trabajar en ese proyecto que tenemos entre manos.
9.- Separación de vida personal y vida laboral
En este caso, y hablando desde la experiencia propia dado que trabajo desde casa y convivo a diario con el problema, marcar la separación necesaria entre vida personal y laboral puede llegar a ser tan complicado como conflictivo.
En mi caso, he podido establecer una mínima frontera habilitando una habitación como despacho desde el que trabajo y al que identifico como espacio laboral dentro de la casa.
Pues bien, en un espacio de coworking el problema anterior desaparece ya que queda perfectamente aislado y definido aparte del ámbito personal del usuario.
Las sombras tras un espacio de coworking

Y claro, todo no podía ser de color de rosa, así que ahora veamos esos aspectos negativos que todo centro de coworking tiene.
1.- No existe en todas las ciudades
A pesar de que cada vez están presentes en más y más lugares, esto no significa que tengamos un espacio de coworking a la vuelta de la esquina e incluso que lo haya en la ciudad o pueblo en el que vivimos.
2.- Es una opción en desarrollo
Es cierto que cuenta con una serie de seguidores en alza, pero no debes olvidar que es un negocio por explotar y tras de sí arrastra con una mentalidad laboral que todavía hay que seguir implantando.
3.- En principio, está más enfocado a trabajos de oficina
Como es lógico estos centros de trabajo colaborativo están más pensados para actividades llamemos de oficina, aunque ya se dan casos de trabajo cooperativo en espacios industriales con acceso a herramientas, instalaciones y equipos de talleres.
Estos espacios alternativos pueden ser utilizados por inventores, científicos, técnicos industriales…
¿Qué espacios comunes hay en un coworking?

Además de los espacios “personales” que alquilemos, en un coworking también se cuenta con una serie de espacios comunes.
Estos lugares, al estar pensados para trabajadores profesionales tipo: gestores de medios sociales, periodistas, abogados, consultores, informáticos, diseñadores o programadores; cuyas herramientas de trabajo se limitan muchas veces a un ordenador de sobremesa o a un portátil, lo “básico” que hay que aportar a este negocio es un espacio que cuente con escritorios, conexión a Internet, teléfonos (a veces), salas de reuniones e impresoras.
Y de ahí en adelante ampliar todo lo que se quiera con material audiovisual para conferencias, comodidades tipo cocina o zona de juegos o lo que se considere pertinente para hacer más atractivo el sitio.
Si buscas en la ciudad un espacio especial para trabajar y aprovechar un espacio agradable para tu trabajo o estudios, habla con Ases Empresariales y te damos los espacios y planes para que empieces cuanto antes.